Por puro gusto
A Miguel le gusta bailar. Lo hace a la menor provocación, por puro gusto.
Un ejemplo fue el domingo. Salíamos de comer en las crepas (¡Oh, no, otra vez crepas!, dijeron Bertha y Citlali, pero al niño le agrada comer ahí), cuando se arrancó a bailar.
He aquí:
Luego fuimos a los juegos electrónicos , pero no había sistema. Consiguió una cortesía para subir a la moto, aunque luego hubo de conformarse con un carrito de monedas. Cómo se ve, también se divirtió:
Este es el video:
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