Año Nuevo, Reyes y visita al circo

Bien, pongamos al corriente estos relatos.

El fin de año se quedó en la casa. Saludó al papá de Bertha y a us hermanos Luis y Alejandro. Recibió un regalo: un juego de espada, escudo y guante de los Caballeros del Zodiaco, pero para él eran armas de los Thundercats.

He aquí una foto.

Cuando ya era la hora de la cena, quiso colaborar limpiando la mesa. Le gusta limpiar. Cuando se baña en casa, siempre toma una fibra para tallar las paredes y la tapa de un gigantesco recipiente de reserva de agua que hay ahí.

Siempre nos preguntamos si es vocación o es que su madre lo pone a limpiar (no es cierto Citlali, es broma)

Miguel en sus afanes de limpieza

Para el día de Reyes, también se quedó en casa. Su madre empezaba a trabajar ese día y de su abuela no se sabía si regresaría, así que hubo que avisar mediante mensaje telefónico a los Magos para que el dejaran los juguetes en la casa de su abuelo. Le convino, como se verá más adelante.

Yo estaba en el periódico, y cuando llegué a casa, el chamaco ya se había dormido... pero se despertó y no quería volver a dormir.

Las viejas amenazas sobre al vigilancia de los Reyes y la posibilidad de que no recibiera regalos si lo encontraban despierto.

Incluso recurrí al argumento que utilizaba con su madre y con su tía: Lo que te vana a traer es una caja de patadas. Ellas siempre se enojaban y decían que no, que habría juguetes.

Con Miguel no funcionó. Le pareció excelente la idea de la caja de patadas. Incluso empezó a repartir algunas. Sí, una buena caja de patadas de lucha libre no le sonó nada mal.

Finalmente se durmió.

Contra mis expectativas (y a favor de mi sueño), no se levantó temprano. Como las diez, decidió a asomarse a ver sus juguetes.

Recibió una pista de Hot Wheels como ésta:

También había una pequeña Antorcha Humana, una Mole y un botiquín de veterinario que inmediatamente pasó a ser un “juego para revisar al osito”. Ah, y una pistola de burbujas de agua.

Aquí dos imágenes:

Les dije que le había ido bien, pues los Reyes también llegaron a su casa de manos de su abuela. Ahí había un video juego que incluye una pistola virtual y otros juguetes.

Bueno, para el siguiente fin de semana fue al circo, en donde, pese a sus miedos iniciales accedió a tomarse una foto subido en un elefante. En realidad fueron dos, ésta, que me costó 100 pesos

Y esta otra, que tomé con el celular.

Aquí hay otras imágenes del circo del payaso Renato: