Sopa de colas de ratón
Esta vez Miguel no quiso ir a comer a las crepas. Eligió un Vips, pues quería banderillas. Como le heredó a su madre cierta alergia a las salchichas, puse reparos. Él me aseguró que con su abuela y su tía Guille siempre comía las dichosas banderillas.
Tanta seguridad me hizo dudar y le marqué a Citlali. Efectivamente, las salchichas le provocan sarpullido. Así que la condición para ir a ese restaurante, donde en realidad va a la sección de juegos, no a comer, fue que pidiera otra cosa.
Se decidió por una sopa de tallarín con pollo y una pizza.
Se la comió con la lentitud acostumbrada, sobre todo por las innumerables distracciones que le causan por ejemplo una buena pelea de cucharas, juegos con las manos, pláticas con el Conejo Lobo y discusiones sobre quién acabará primero de comer.
En fin, terminó con la sopa. Se veía contento. entonces dijo: "estaba muy rica mi sopa de colas de ratón.
Vaya, nos dijimos Bertha y yo. Así que colas de ratón. La pizza pasó a ser inmediatamente de pingüino, pues la foca leopardo atacó de nuevo.
Con frecuencia, Bertha pregunta si la madre de este chamaco no se la pasaba leyendo a Calvin y Hobbes cuando estaba embarazada. Ella jura que no, pero las evidencias son demasiadas
Lo pueden constar en esta animación si dan click en la imagen:
(Nota: La imagen se incluye como referencia. Desde luego, los derechos son del genial Bill Watterson)
1 Comments:
Sopa de colas de ratón, pizza de tajadas de pingüino ¿y helado de escarabajo pelotero? Nunca le pidan que planee el menú.
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