Hábitos de la Foca Leopardo

Comíamos en un Italiannis. Miguel, de pronto, soltó un eructo. De inmediato su madre y yo lo reprendimos. Añadí que las focas leopardo serán muy salvajes, pero para nada cochinas.

Miguel me miró con una sonrisa cínica y me dijo: Oh, sí, las focas leopardo pueden ser muy cochinas cuando comen pingüinos.

Y siguió zampando sus pingüinitos, esta vez en forma de pastel.

Aquí, la foca leopardo tratando de devorar a su abuelo,
cual si se tratara de un pingüino emperador

Foca leopardo y monstruos

La foca leopardo es un predador del antártico. A diferencia de las focas y lobos marinos que vemos en los zoológicos, éste es un animal voraz que se alimenta de pingüinos. Aquí hay una imagen:





Llega a medir cuatro metros de longitud y alcanza la media tonelada de peso. Los dientes imponen respeto, ¿no?

A la foca leopardo se le puede ver en acción en la película La marcha de los pingüinos (La marche de l’empereur), de Luc Jacques (el tráiler aquí)

Cuando Miguel vio por primera vez la película quedó bastante impresionado por el ataque de la foca a una pingüina. Cuando descubrió que Bertha se horrorizaba con la escena, decidió que había que verla muchas veces.
El domingo pasado, Miguel se quedó a comer en la casa. Quería pollo Kentucky. Se le concedió, pero no mostraba el mismo entusiasmo al tener el plato enfrente.
En eso estábamos, cuando a Bertha se le ocurrió decirle que era un plato de pingüinos. Y ni tardo ni perezoso se dio a la tarea de exterminar pingüinos.
Elle le dijo que había dejado de ser un lobo marino para convertirse en foca leopardo. Añadió que los lobos marinos eran animales muy bien educados.
El, aunque seguía en su papel de predador, comentó: "Yo parezco un animal bien educado", y siguió devorando pingüinitos.
He aquí a la pavorosa foca leopardo que emerge de las profundidades para alimentarse con un plato de inocentes aves antárticas.






El monstruo y los juguetes

Por la mañana, antes de la pingüinada, cuando lo recogí, lo vi medio peinado y le pregunté: ¿Que pasó con el peine que te regalé.
Y empezó a contar.
Lo perdí en mi casa. Vino una sombra y se lo llevó. Era la sombra de un monstruo, continuó. Pero mis juguetes crecieron para atacarlo. Primero, la pistola le disparó, luego el dinosaurio le pegó, el murciélago le chupó la sangre y el gorila se lo comió.
Yo comenté ¡Pobre monstruo!
Y él respondió: "Pero era un monstruo malo."

Por puro gusto

A Miguel le gusta bailar. Lo hace a la menor provocación, por puro gusto.
Un ejemplo fue el domingo. Salíamos de comer en las crepas (¡Oh, no, otra vez crepas!, dijeron Bertha y Citlali, pero al niño le agrada comer ahí), cuando se arrancó a bailar.

He aquí:





Luego fuimos a los juegos electrónicos , pero no había sistema. Consiguió una cortesía para subir a la moto, aunque luego hubo de conformarse con un carrito de monedas. Cómo se ve, también se divirtió:
Este es el video: