Dos instantáneas de Miguel
Uno
Jugando en la escuela consiguió un tremendo chichón. Subió al taxi para ir a comer. Saludó a Bertha, ella, al ver el golpe, le preguntó:
-¿Qué te pasó en la frente, Miguel?
Con toda naturalidad y frescura, respondió:
-Me di un madrazo con un tubo
Ni el taxista pudo contener la risa. Medio lo corregí, diciéndole que se había dado un golpe fuerte. En fin, tengo que hablar seriamente con su madre acerca del florido vocabulario que emplea.
El día del madrazo
Dos
Fuimos a comer. Después de discutir porque quería pedir un plato de “viscosos pero sabrosos”, decidió aceptar una simple crepa de jamón.
En algún momento se quedó callado, pensativo...
-¿Qué haces, Miguel?, le pregunté.
-Estoy platicando con mi conciencia, fue la desconcertante respuesta.
Mejor ya no lo interrumpí. Lo dejé en su conversación.
Ahora me va a resultar filósofo.
En diálogo interno
3 Comments:
¡¡¡Estoy hablando con mi consciencia!!!
¿Lacaniano?
Glupppp
Miguel qué chingadazo te diste...
Es grave... glupppp
Roberto
Visto así, tiene razón el buen Rober.... pudo haberlo dicho más feo.
El Conejote Feroz.
Pues cómo decían las abuelitas,le hubieras puesto un veinte de cobre,en el chichón,para que se le bajara!;el metodo del bistec,es para el ojo ó para la perra!(para la perra hambre,que te da despues de un ma...trancazo!
Roger
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