La fuente, hasta el fondo
Tendría que haber empezado por relatar cuan bien se portó Miguel con la comida la semana pasada, pero ayer hizo una muy buena.
El muy gandul se metió con todo y ropa a la fuente del David, en la plaza Río de Janeiro
ésa en la que le preguntaba al personaje qué hacía allí, bañándose a media plaza.
La fuente estaba apagada, pero tenía suficiente agua.
Miguel arrojó una hoja y se empinó para volverla a agarrar. Se deslizó y cayó cuan largo es a la fuente.
Quedó mojado de pies a cabeza.
También se le veía muy divertido.
Estaba nadando, abuelo, me dijo
Por suerte las amenazas de lluvia del día quedaron en eso, puros amagos.
Le quité la playera que llevaba y le puse su suéter, mientras íbamos a la casa para bañarlo. Lavar la ropa y tratar de secar los zapatos.
Más o menos se pudo hacer todo mientras veía películas con Bertha.
De las vacaciones de Miguel en Guadalajara, esperemos a que su madre o su tía hagan un relato. Parece que se divirtió bastante y hasta ganó un concurso de pintura.
Aquí, en el aeropuerto, esperando el avión de regreso
Aquí, diviriéndose en un taller infantil
Sobre lo bien que comió las últimas veces hay que dejar constancia. Descubrimos que la salsa bolognesa le gusta tanto como para pedir más.
Lo llevamos a un restaurante de crepas en Plaza Delta, y en el menú infantil había una crepa boloñesa. Le pregunté si quería picadillo y dijo que sí.
De la crepa no comió casi nada, pero sí la carne.
Aquí están las fotos de ese día.
El domingo pasado lo llevamos al Piazza, ese restaurante italiano que está frente a la plaza Luis Cabrera . Ahí se zampó la mitad de una media orden de spaghetti bolognesa. Luego siguió la aventura de la fuente.
Ayer lo llevé con su madre a comer hamburguesas.
Aquí en una foto muy de modelo
Le sirvieron tres minis, y se las comió todas. Sólo dejó las papas.
Luego nos fuimos a su casa a ver los Aristogatos.
El muy gandul se metió con todo y ropa a la fuente del David, en la plaza Río de Janeiro
ésa en la que le preguntaba al personaje qué hacía allí, bañándose a media plaza.
La fuente estaba apagada, pero tenía suficiente agua.
Miguel arrojó una hoja y se empinó para volverla a agarrar. Se deslizó y cayó cuan largo es a la fuente.
Quedó mojado de pies a cabeza.
También se le veía muy divertido.
Estaba nadando, abuelo, me dijo
Por suerte las amenazas de lluvia del día quedaron en eso, puros amagos.
Le quité la playera que llevaba y le puse su suéter, mientras íbamos a la casa para bañarlo. Lavar la ropa y tratar de secar los zapatos.
Más o menos se pudo hacer todo mientras veía películas con Bertha.
De las vacaciones de Miguel en Guadalajara, esperemos a que su madre o su tía hagan un relato. Parece que se divirtió bastante y hasta ganó un concurso de pintura.
Aquí, en el aeropuerto, esperando el avión de regreso
Aquí, diviriéndose en un taller infantil
Sobre lo bien que comió las últimas veces hay que dejar constancia. Descubrimos que la salsa bolognesa le gusta tanto como para pedir más.
Lo llevamos a un restaurante de crepas en Plaza Delta, y en el menú infantil había una crepa boloñesa. Le pregunté si quería picadillo y dijo que sí.
De la crepa no comió casi nada, pero sí la carne.
Aquí están las fotos de ese día.
El domingo pasado lo llevamos al Piazza, ese restaurante italiano que está frente a la plaza Luis Cabrera . Ahí se zampó la mitad de una media orden de spaghetti bolognesa. Luego siguió la aventura de la fuente.
Ayer lo llevé con su madre a comer hamburguesas.
Aquí en una foto muy de modelo
Le sirvieron tres minis, y se las comió todas. Sólo dejó las papas.
Luego nos fuimos a su casa a ver los Aristogatos.
1 Comments:
Que bueno,que se divirtieron y no se enfermo!por lo pronto;con el agua ,que ha de haber tragado...ya tiene inmunidad,para toda su vida!!!...espero
Rogelio
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