Se nos olvidó la Luna
Se nos olvidó la Luna, dijo Miguel cuando bajamos del taxi.
Menudo comentario. Su madre y yo nos miramos perplejos.
¡Demonios, cómo fuimos tan descuidados como para olvidarla!
¡Y demonios!, ¿Qué quería decir el niño?
Como Citlali también tiene imaginación, acertó a preguntarle dónde la traía.
Ya no respondió. Sólo dirigió la mirada a la zona donde, por las noches, cuando regresamos del café de los juegos la ve.
Al parecer, no se nos olvidó a nosotros, sino al responsable de que el satélite se muestre cuando Miguel lo requiere.
Veníamos del teatro. Esta vez fuimos a ver En duende está el misterio, obra dirigida por Andrés Carreño, en el foro La Gruta, del Centro Cultural Helénico (http://www.helenico.gob.mx/)
La obra es divertida, pero los parlamentos están en un idioma inventado por los duendes.
Les juro que al principio, yo no entendía nada.
No así Miguel y los otros niños.
Desde el principio los actores captaron la atención del público infantil. Peor para los padres y abuelos, porque los niños sí sabían de qué iba.
Miguel estuvo muy atento toda la función y obsequió a la tropa con un prolongado aplauso.
En el camino al trabajo de su madre, a quien debíamos recoger, fue cantando.
Inventó canciones con palabras también inventadas, como las de los duendes.
Luego nos fuimos a comer a un lugar donde sirven bufette.
Dadas sus costumbres alimenticias, y como no había ni murciélagos ni viborotas, ni patas de conejo-lobo, sólo comió verduras:
Arbolitos (brócoli), zanahorias (como las que come el conejo-lobo), calabazas, jícamas y pepinos.
Hizo el intento con un gordita de queso, que en realidad era de cebolla, y no le gustó.
Así que nos pasamos a los postres. Devoró tres brawnies.
Nos fuimos a su casa.
Su madre le leyó los tres últimos libros de su biblioteca .
Le encantó Pinta ratones. Abzoo y Números tragaldabas lo entretuvieron bastante.
Luego se puso a hacer tarea.
Como yo estaba en plan de abuelo metiche, mi hija me lanzó varias miradas para que lo dejara expresarse solo.
Mejor me fui.
Mmmhh.
El próximo lunes lo llevo a ver Troka.
Vale