Un tigre al Acecho

Fuimos de nuevo a Zacango. La idea era ver una pareja de cachorros de leopardo que acababan de nacer, y que, según un diario capitalino, estarían en exhibición, para luego ser recluidos con el veterinario. Eso decía la información. Resultó que era al revés, como es lógico. Los animalillos no estaban expuestos, sino bajo los cuidados del especialista, el doctor Chucho. Bueno, ya que conocemos cómo son los reporteros, no debimos sorprendernos.

Era un domingo lluvioso. Sacamos del Matiz el paraguas de Gandhi, la librería. Es de un amarillo muy notorio, como se verá.

Hubimos de asumir que no veríamos esta vez a los tales cachorros, y nos pasamos a ver a los tigres siberianos. Están en un foso.

Miguel se asomó a verlos. Les rugió y uno volteó a verlo. Caminamos hacia el extremo para ver a otro ejemplar. Entonces el gato nos comenzó a seguir. Le llamó la atención el paraguas. No sé si la forma o el color.

Vean la imagen.

De zacango y clavado

En determinado punto empezó a ponerse en actitud de acecho.

Miren.

De zacango y clavado

Incluso flexionó las patas como para prepararse a saltar. Lo vi, y mejor alejé a Miguel hacia otra jaula. Me pareció que para las habilidades del felino, el foso podría no ser suficiente obstáculo.

Niño volador.

Semanas después fuimos a Tequesquitengo. Ahí estuvo jugando en la alberca: la foto de abajo lo captó en pleno brinco. Le encantó. Dice que está volando

De zacango y clavado