Otra instantánea y un monólogo
La instantánea
–Abuelo, tú sabes muchas cosas
–Algunas, Sí
–Yo también sé muchas cosas, pero no tantas como tú. ¿Verdad que me vas a ayudar a saber todo lo que tú sabes?
El monólogo
Este no se lo he leído, pero creo que le va a gustar. Lo escribí para un casting, y parece que sí gustó
Monólogo debajo de la cama
Carlos Alberto Patiño
Anoche casi no dormí. Se los juro, se oían ruidos debajo de la cama.
Sí todos me han dicho que no hay nada. Que es pura imaginación.
Pero, sí, era como un crujido y luego como una respiración.
Quería correr a prender la luz, aunque no tuve valor para poner los pies en el suelo. ¿Y si algo me atrapaba?
También pensé en asomarme... No me atreví, porque, ya se sabe, cuando una está bajo las cobijas, nada te puede atacar. Así que me quedé quietecita mucho rato, sin poder dormir.
Mi mamá barre bien todos los días debajo de la cama y nunca ha encontrado nada que no sea ropa, zapatos o juguetes.
Además me obliga a recoger todo antes de acostarme.
Por eso está segura de que ahí no habita nadie.
Pero, no sabe que en las noches algo cambia. Por eso me dan ganas de correr a su cama, aunque mi papá la haga levantarse para regresarme a mi cuarto.
Y ya les dije, me da miedo bajar un pie que puede ser agarrado en cuanto llegue al piso.
Muchas veces quiero dejar la luz prendida o que me pongan una lámpara.
No lo he conseguido porque mis papás dicen que así no dormiré bien. Y sin luz tampoco duermo, de eso no se han dado cuenta.
Antes sólo creía que había algo, pero anoche sí hubo un ruido, casi cuando ya me quedaba dormida.
Y eso que revisé bien el clóset y me asome de carrerita debajo de la cama.
En la escuela, otros niños tampoco pueden dormir. Me han dicho que están seguros de que algo aparece ahí abajo cuando sus papás ya se durmieron.
Hay otros que se ríen y se burlan y se sienten muy valientes.
Pero estoy segura de que muchos dicen mentiras, porque en las noches no están tan tranquilos.
Me contaron de un niño que resolvió el problema sin aceptar que algo se mueve en las noches en la parte inferior de la cama. Nada más bajó su colchón al piso, y así no hay lugar para ninguna clase de seres.
Y otro, que cuando sus padres se despiden de él, se baja de la cama y duerme debajo.
Así que si hay algún monstruo por ahí, estará arriba, porque ya le ganaron el lugar.
Y los monstruos, sobre la cama, ya se sabe, son inofensivos.